LA IGLESIA ANGLICANA

 

La iglesia es un hondo territorio
por donde los hombres y sus voces se reclinan
desde otras latitudes y otro siglo.
Con acento galés trasciende un salmo
acercando en los rituales de los tiempos
la intimidad de Dios en llama viva.
Por manantiales de oración profunda
callados feligreses en domingo
estremecen entre misales y parábolas
una absoluta trinidad de símbolos.
Un cántico ancestral traspasa el muro
y humedece con sus señales los jardines,
que ante la mística visión no se arrodillan.
Mientras la mansedumbre del musgo se derrama
a lo largo del silente campanario
con tenaz devoción la enredadera
suma su aliento a los vaivenes bíblicos.
Un instante de gloria huye en la tarde
declinando la férvida plegaria
y en tenebrosa procesión las rejas
parecen resguardar espinas, credo,
versículos, resurrección, eternidades.
Con su médula infinita entra la noche
y con ella la distancia que clausura
aldabones y traslúcidos vitrales
amedrentando infierno y paraíso.
De ese pulso celestial ya constelado
sólo queda la soledad crucificada
y una liturgia de sombras en la esquina.

Poema de
SUSANA VALENTI
Rosario, 1990

 

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