Introduction to the history of British Cemetery, Quilmes, Province of Buenos Aires

Breve introduccion al cementerio    Entierros en el cementerio entre los años 1888 hasta 1915

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En 1887, la municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires prohibió el entierro de personas protestantes que no pertenecieran a la ciudad. El cementerio protestante más cercano era el de Chascomús. El miércoles 8 de agosto de 1887, Carlos Clark, de una familia quilmeña procedente de Yorkshire, escribe una carta solicitando que el terreno adyacente al límite sur del cementerio—de su pertenencia—sea puesto a la disposición de la comunidad protestante de Quilmes.

El terreno medía 125 varas de frente por 125 varas. Isabel Clark de Clark hace una donación para la construcción de las paredes. Los señores John Frederick Edmonds y Alexander D. McK. Stewart supervisaron la construcción de las paredes. Se solicitó un préstamo de $1000 a $1500 al London and River Plate Bank para pagar los ladrillos y mano de obra.

En los años sucesivos, el terreno fue desmalezado, los árboles añejos talados y nuevos árboles de bosque, frutales y ornamentales plantados. A medida que el cementerio fue creciendo, los árboles debieron ser trasplantados para permitir la construcción de caminos interiores.

Se venden por perpetuidad sitios de 8 pies por 4 pies al precio de 25 dólares nacionales cada uno. El plano del terreno fue llevado a cabo por el señor Frederick Simpson. Aunque el censo de 1869 de Quilmes muestra cerca de doscientas personas de origen británico, la población de esta comunidad atestiguaría un rápido aumento; muchas provenían de Gran Bretaña, y otros provenían de otras comunidades británicas ya establecidas en Argentina como las de Entre Ríos o Chascomús, entre otras.

La primera área de entierros se hallaba en el centro del predio. Las sepulturas posteriores se extendieron desde este punto central hacia el norte, el sur y a lo largo del camino de ingreso.

El primer entierro se llevo a cabo el 27 de octubre de 1888. Se trataba de Mary Lambert, esposa de Harry Woodward Beckwith, de 49 años, nacida en Liverpool, víctima de una apoplejía.

El martes 14 de agosto de 1888, se crea una sociedad ad hoc para la administración del cementerio, llamada Protestant Community of Quilmes. Los miembros se reunían en la iglesia anglicana All Saints en Quilmes.

Entre los primeros miembros se encuentran los señores Alexander Drummond McKey Stewart, John Frederick Edmonds, Edward Ellis Cordner, Henry John Marrs, James Atkinson, William Cameron, Harry Woodward Beckwith, John Davidson, George Robert Davenport, Robert Campbell, William MacKill, W. M. Mitchell, George Smith, William Southron, Sidney Sheppard, Peter Archibald Grassick, Carlos Sommers, Roberto Nalder Clark, Carlos Clark, Eduardo Nielson, Miles Stuart Pennington, entre otros.

En 1892, después de referirse a la sociedad con distintas denominaciones, tales como “Protestant Community of Quilmes”, “Protestant Church of Quilmes”; “The Association of the Protestant Church of Quilmes”; “Comunidad Protestante de Quilmes”; “Sociedad Protestante de Quilmes”, se establece el nombre definitivo de la asociación: “The Protestant Association of Quilmes” under the department of Church and Cemetery y en español, “La Asociación Protestante de Quilmes”, departamento Iglesia ó departamento Cementerio.

En 1904, la municipalidad de Quilmes impone un impuesto de $10.–pesos como derecho a la sepultura protestante, cuando el impuesto al entierro católico era de $2.–. Se considera que este impuesto es inconstitucional, ilegal y constituye un tema serio para los habitantes protestantes del distrito, y especialmente para la población británica. Se solicita asistencia legal al abogado Dr. Estanislao Zeballos, quien ofrece su servicio para representar a la comunidad. El Dr. Zeballos plantea distintos cursos de acción, tales como realizar una petición a las autoridades municipales de Quilmes, llevar el caso ante la Corte Suprema de la Provincia de Buenos Aires, llevar el caso ante la Corte Suprema de la Nación y recomienda comenzar por apelar a las autoridades municipales. El señor Arturo Hoffmann, de origen alemán, presenta una carta de protesta ante la municipalidad.

El día 18 junio 1905 la municipalidad solicita que las solicitudes de inhumaciones—que se realizaban con papel común—deberán ser reemplazadas con papel sellado—que cuesta un peso moneda nacional—y se les da un plazo de ocho días. La municipalidad de Quilmes no le había dado despacho al pedido de los protestantes con respecto al impuesto a la sepultura. Se decide apelar a la Corte de la Nación, y se crea un subcomité liderado por Zeballos para el reclamo por el impuesto.

En 1906, la corte falla a favor de los protestantes. La municipalidad apeló el fallo y apelaron por las costas. En ese momento, el jefe del municipio es removido del cargo por el gobierno y ambas partes acordaron en dejar aparte las apelaciones, cada uno pagando sus respectivas costas. El Dr Estanilao Zeballos y el señor Donato Magliochini, también involucrado en la defensa, se negaron a aceptar ninguna clase de honorarios. Luego de estos eventos, en 1907, la Asociación Protestante de Quilmes decide incluir a todos los fieles de otras religiones. Todas las personas de otras denominaciones religiosas pueden ser enterradas allí. El cementerio es conocido como “Cementerio de Disidentes”. Hoy se puede apreciar que el grupo más numeroso, después de todos los cultos protestantes (anglicanos, presbiterianos, evangelistas, etc.) son los rusos ortodoxos, debido a la gran presencia de esa comunidad en el área. Otro grupo presente es Baha‘i, la fé persa.

En 1911, el canónigo Stevenson—fundador del colegio St. George’s—sugiere la creación de un fondo para la construcción de una capilla mortuoria. Este fondo crece con el paso de los años, y en 1933, las aspiraciones para la erección del templo son plenamente satisfechas. Esto se debió a la cuantiosa donación de la señora E. C. de Bell e hijos, quienes interpretando los deseos del señor Guillermo Allinson Bell, tomaron a su cargo y por su exclusiva cuenta la construcción de la capilla. Los planos del edificio, de estilo normando y de forma octogonal, fueron realizados por la firma Señores Calvo, Jacobs y Gimenez.

Desde entonces, este cementerio histórico ofrece un sitio de paz para las personas de todos los cultos.

© Luis Sebastian Stuart Pennington

The Records show that on the 28th of August 1887, Charles Clark wrote to the Chairman of the Permanent Committee of the Protestant Church of Quilmes and said that “on account of the recent prohibition on part of the Municipality of Buenos Aires to allow Protestants who may die outside the municipal boundary to be interred in the Protestant Cemetery of Buenos Aires, and there being no other Protestant Cemetery nearer than Chascomús [100 km distant], I beg to place at the disposal of the Protestant Community of Quilmes a piece of land for that purpose. The piece of land which I propose to give is that adjoining the Southern boundary of the present Cemetery of Quilmes, 125 varas [108 m] frontage on the road leading to San Francisco Partido of Quilmes with 125 varas [108 m] depth towards the river.”

The property measured 108m by 108m. Mrs Isabel Clark de Clark donated funds for building the surrounding walls. The construction was supervised by John Frederick Edmonds y Alexander D. McKey Stewart. A loan request was sent to the Bank of London and River Plate for $1000 to $1500 for additional funds for bricks and labour.

In later years the land was cleared of weeds and brush, new shade trees, fruit trees and other ornamentals were planted. As the Cemetery grew some of the trees had to be moved to make way for the internal roads and pathways.

The grave sites of 8ft x 4 ft were sold in perpetuity for $25 dollars national currency each. The site plan was laid out by Frederick Simpson. Although the 1869 census showed only about 200 Quilmes residents who were of British birth the community grew rapidly, some families came from Britain, others from other previously established British communities like the ones in Entre Ríos and Chascomús amongst others.

The first graves sites were in the center of the property, later burials were made to the north, south and along the internal roads. The first burial was made on the 27th of October 1888, Mary Lambert, wife of Harry Woodward Beckwith, aged 49 a native of Liverpool who died of apoplexy.

The administration of the Cemetery was carried out by a group called the Protestant Community of Quilmes, organized on October 27th 1888 that met at the Anglican Church, All Saints of Quilmes. Amongst the first members were Alexander Drummond McKey Stewart, John Frederick Edmonds, Edward Ellis Cordner, Henry John Marrs, James Atkinson, William Cameron, Harry Woodward Beckwith, John Davidson, George Robert Davenport, Robert Campbell, William MacKill, W. M. Mitchell, George Smith, William Southron, Sidney Sheppard, Peter Archibald Grassick, Carlos Sommers, Roberto Nalder Clark, Carlos Clark, Eduardo Nielson and Miles Stuart Pennington, amongst others.

This group was known by different names: “Protestant Community of Quilmes”, “Protestant Church of Quilmes” “The Association of the Protestant Church of Quilmes” “Comunidad Protestante de Quilmes“; ”Sociedad Protestante de Quilmes“, and in 1892 the definitive name was adopted: “The Protestant Association of Quilmes” under the department of Church and Cemetery and in Spanish: “La Asociación Protestante de Quilmes”, departamento Iglesia ó departamento Cementerio.

In 1904 the Quilmes Municipality imposed a burial tax of $10 on Protestant burials while the Catholics had to pay only $2. This was considered unconstitutional, illegal and a burden on the Protestants in the district, especially for the British settlers. Professional advice was requested of the lawyer Dr Estanislao Zeballos who offered to represent the community. Dr Zeballos proposed different courses of action such as petitioning the Municipal authorities in Quilmes or taking the case up to the Federal Court in La Plata. Dr Zeballos recommended beginning with the former option and Mr. Arturo Hoffmann, of German descent, presented a petition to the municipality.

On June 18 1905 the municipality noted that recent requests for burial permits had been submitted on plain paper and they demanded that they be resubmitted on paper which showed the payment of a tax of 1 peso [papel sellado] within the following eight days. When the Municipality did not reply to the request regarding the tax on Protestant burials it was decided to appeal to a the Federal Court in La Plata and a sub-committee headed by Dr Zeballos was appointed to proceed with the claim.

In 1906 the Court decided in favour of the Protestants, the Municipality appealed the decision and the court costs. At that point there was a change of administration in Quilmes, the previous one having been removed from office by government decree. Overtures were made by the new commissioner and both parties agreed to desist from the appeals, each paying their own costs, leaving the judgment unquestioned and jurisprudence established. The costs were met by public subscription and both Dr Estanislao Zeballos and Mr Donato Magliochini, who was also involved in the defence, refused to accept any payment. In 1907, after these events the Protestant Association of Quilmes decided to include members of all other faiths and the Cemetery is now known as The Dissident Cemetery, el Cementerio de Disidentes.

At the present time it is clear that after the members of the Protestant faiths (Anglicans, Presbyterians, Evangelicals, etc.) the most numerous are the members of the Russian Orthodox community. Another group present is the members of the Iranian Baha’i Faith.

Canon Stevenson, the founder of St George’s College suggested in 1911 that a fund be started for the construction of a mortuary chapel. This fund grew slowly over the years until 1933 when a generous donation by Mrs. E. C. Bell and family, following the wishes of William Allinson Bell took the total to the required sum. The Bells took over the construction of the chapel, the plans for an octagonal building in a Norman style were drawn up by the firm of Messrs. Calvo, Jacobs y Gimenez.

Since that time this historic Cemetery has offered a peaceful resting place to people of all faiths.

© Luis Sebastian Stuart Pennington

© This presentation of this information is the copyright of Luis Sebastian Stuart Pennington and Jeremy Howat, January 2014

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